14/3/2017
Credence Clearwater Revival, grabo en 1970 el tema rockanrolero icónico del rock internacional Traveling Band (Banda Viajera). El tema versa sobre la libertad, la música, la noche , el amor y las fantasías adolescentes de crear un mundo nuevo. En Argentina hay dos Bandas Viajeras por excelencia: La Renga, y el Indio. Las mismas pasean su Arte en los lugares más recónditos de la Argentina. Uno puede pensar que son excelentes propagadores sociales de su música y su mensaje. Sus sonidos imponentes atrapan, conmueven, son propios; de nuestros lares, no son importados, no copiaron a extranjeros. Escuchamos en ellos, resabios melódicos, tangueros y folclóricos; con sus poesías identificadora de nuestras realidades. Si, las múltiples realidades que vive el argento: la desocupación, la explotación en las empresas, las miserias, los abusos de capitalismos extremos. Los condimentos necesarios para volarse la cabeza con una Banda Viajera, tener la aventura, compartir con ella, dejarse acariciar con sus melodías y sus letras, emprendiendo ese viaje del nunca más volver; quedarse ahí, en algún lugar, quizás dejarse llevar por los propios vicios hasta morir escuchándolos.
INDIO: Ultimo bondi a finisterre
Credence Clearwater Revival, grabo en 1970 el tema rockanrolero icónico del rock internacional Traveling Band (Banda Viajera). El tema versa sobre la libertad, la música, la noche , el amor y las fantasías adolescentes de crear un mundo nuevo. En Argentina hay dos Bandas Viajeras por excelencia: La Renga, y el Indio. Las mismas pasean su Arte en los lugares más recónditos de la Argentina. Uno puede pensar que son excelentes propagadores sociales de su música y su mensaje. Sus sonidos imponentes atrapan, conmueven, son propios; de nuestros lares, no son importados, no copiaron a extranjeros. Escuchamos en ellos, resabios melódicos, tangueros y folclóricos; con sus poesías identificadora de nuestras realidades. Si, las múltiples realidades que vive el argento: la desocupación, la explotación en las empresas, las miserias, los abusos de capitalismos extremos. Los condimentos necesarios para volarse la cabeza con una Banda Viajera, tener la aventura, compartir con ella, dejarse acariciar con sus melodías y sus letras, emprendiendo ese viaje del nunca más volver; quedarse ahí, en algún lugar, quizás dejarse llevar por los propios vicios hasta morir escuchándolos.
Esa mística de Woodstock,
fines de los 60, fue justamente hace 50 años. Estas Bandas Viajeras argentinas,
con la muy buena intención de hacer valer su arte respetando esa mística, se ha
olvidado de la evolución, del avance de la tecnología, hasta del propio ser
humano, que con grandes esfuerzos junta sus dineros para ir a sus shows y
mantener la ilusión. Las dos Bandas
Viajeras argentinas fueron acumulando
muertos; si, seres humanos, que son la materia prima de su show, y eso fue un
estigma que los obligo a salir y ser prohibidos de centros urbanos importantes.
La muerte de Miguel “Keko”
Ramírez, ocurrida en 2011 en Tandil en recital de La Renga por una bengala, hasta su última muerte, Sebastián Medina el 17 de julio de 2016 en Santiago del
Estero, pasando por un joven encontrado muerto al lado de la ruta 14 camino a
Gualeguaychu, como el que apareció muerto en el lago del Valle de Punilla (Córdoba)
luego de una aparente discusión con la Policía.
Y el karma del INDIO donde un BULACIO en 1991, por excesos del personal policial de
la comisaria 35 de Núñez, lleva a los
Patricio Rey a buscar otros destinos hasta llegar a Olavarría, prohibidos en
1997, y tomándose revancha 20 años después con dos muertos, uno de ellos, paradójicamente
BULACIO en la misma ciudad. Pasando por las dos muertes que hubo en
Gualeguaychu en 2014.
Asi, como hay un último bondi a finisterre, existe para
estos grupos, una última oportunidad de resistir y replantearse las
metodologías de trabajo, y las estrategias de marketing y publicidad. El rock argentino perdió dos poetas y gran
instrumentista; Spinetta, Ceratti y Pappo
desde el más allá serán testigos, si el INDIO y CHIZZO podrán sortear el obstáculo de las oscuras cavernas y trascender a pesar de políticas/os hostiles, y permitir a sus seguidores ser fanáticos disfrutando su música y poesía, que estén seguros que donde vayan, no lo
hagan con miedo, a que el de al lado muera, o que el amigo fallezca. Darle a esos pasajeros, la seguridad de
llegar a destino, aunque sea en el
último bondi a finisterre.
Roberto Rosso
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