Entrevista al Sr. Lucas Martinez, actual Director de la Academia de Cine Leonardo Favio de Don Torcuato, tigre. Realizada el 16/7/2016
El señor
Lucas Martínez, tiene 30 años y es fundador y director de la Academia de cine Leonardo
Favio de Tigre.
¿Contame tus inicios?
Nací
en 1980 en el Distrito de Tigre, haciendo la escuela Primaria en la 15 y Secundaria en M 8, en escuelas oficiales de
la zona de Pacheco.
¿Recordas algo del mundial 1986?
No,
recuerdo algo de festejos, pero no recuerdo bien.
En la
conversación se reconoce como “vago, contestatario, además de problemático y discutidor con profesores de
la escuela”.
¿Cómo surgió tu afición a la
fotografía hasta llegar a ser camarógrafo?
Termine
la secundaria (1999) y al tiempo se armó
el quilombo del 2001; no conseguía trabajo, me gustaba mirar películas…. Y en
una de ellas vi en la parte de los créditos “Director de Fotografía”… y eso me
llamo la atención y me gustó. No tenía ni idea donde hacer los cursos, ni donde
había una escuela de cine. Comencé a trabajar de cadete en COTO. Siempre pensé
que era media zurdito, y a partir de ahí terminé siendo zurdito. Es increíble ver en una empresa como
esa, el cómo se refleja, cada vez más, la explotación del hombre por el hombre.
Fui uno de los pocos cadetes que no
pudieron hacer renunciar.
¿Y cómo llegas a estudiar fotografía?
Un
día, en COTO vi un cartelito que se
podía estudiar cine en Vicente López.
¿Cómo se llamaba el Instituto?
T.C.C Taller de Cine Contemporáneo, ahora está en
Villa Adelina. Justo me dan vacaciones en el Súper y me fui al norte, a Jujuy precisamente, y eso me cambió. “Ahí me di
cuenta que la gente está enraizada con su lugar, no te juzga por lo que tenés,
sino por lo que vales en esa comunidad”. Cuando volví, ya había comenzado el curso de
cine, ja, ja, ja.
¿En T.C.C. Conociste gente rebelde ?
SI,
ahora son todos amigos. El TCC todavía existe. Yo me enfocaba en fotografía,
en lugar
de cine.
¿Cómo empezó tu profesión?
Mirta
Martin fue compañera mía, y tenía laboratorio de revelado. Me ayudó mucho y
crecí. Revelaba para ella en blanco y negro. Luego fui asistente de fotógrafos.
Trabaje en Fuji revelando color. Por eso cuando vino la fotografía digital, para mí era
todo una pavada.
Luego
en SICA en el Taller de Formación
Profesional, hice también, cursos de capacitación.
¿Y cómo seguiste?
Y, deje cine, estaba muy aburrido. Fue como buscar un desenchufe durante 3 años, haciendo otro tipo de cosas. Y ahí, TCC llamo a ex estudiantes para dar unos cursos y fui a
dictar sobre fotografía.
Luego
trabaje para fotografía de películas y realización de cortos.
¿Una onda más legal…?
Si,
ya en forma particular hacía bautismos,
casamientos, videos para deportistas.
¿En qué momento surgió la Academia…?
Yo era muy “mafalda”, ingenuo, y tenía la idea que podía
cambiar el mundo. Y nunca olvide a la gente de TCC, que gracias a ellos me
dieron lo mucho, o lo poco que soy; y empecé a dar clases a chicos de bajos
recursos en Parque Chacabuco, tenía un programa de rock en una FM
local(General Pacheco). Un día fui a la torre insignia de la entrada de
los Estudios Baires (de cine y ahora TV), de Don Torcuato, para realizar una
entrevista e interiorizarme de la
apertura de una Biblioteca Popular; llegué, me presente, explique el motivo de la visita, y especifiqué
que era fotógrafo y camarógrafo; un integrante de la comisión (Groppa) me
preguntó – ¿Usted se anima a organizar una escuela de cine para la biblioteca? -No lo dudé.
¿Y qué paso?
Volví
con la propuesta de hacer cursos intensivos de cine que duraran cuatro clases, con
15 personas, para la gente del barrio, sobre Historia del Cine Argentino.
Tuvo
buena recepción, y comencé a conectarme con profesores de secundaria para que
me orienten en armar un proyecto para
formar la Academia.
¿Y qué se necesitaba?
Tener
el territorio, la población, los objetivos, fundamentos pedagógicos y
comunitarios. Pero a partir de ahí
comenzó la otra historia, ¿y los profesores? “Urgente llamé a los que eran mis
compañeros del TCC, que nos veíamos solo para las jodas”, pero ahora teníamos
que trabajar. De muy buena onda
aceptaron todos… y todavía hoy, están
trabajando sin sueldos, solo por viáticos… son muy responsables; capaces y no faltan, lo aclaro porque viven
lejos, y no es fácil mantener la regularidad en el trabajo y su asistencia.
¿Algunos ejemplos?
Juan
viene de Mataderos, Ariana de Palermo, Edu de San Antonio de Padua, Sergio de Barracas, Jorge
de San Fernando, “eso es vocación”.
¿Pero este año se incorporó Pocha, una
profesional de primera que viene de Córdoba a instalarse a Buenos Aires?
Si,
la Conocí en Tecnópolis: yo era camarógrafo de la TDA gracias a Juan, y un día
me dijeron vas a filmar en La Mulita, te presento a las dos coordinadoras, la
Pocha y la Mecha. Me pareció una tipa piola y de muchos conocimientos, le dije
si quería ser parte del proyecto y no lo dudó. El año pasado dictó un taller de
efectos especiales en la Academia y éste año se hizo cargo de la catedra de Dirección
de Arte.
¿Qué materias se están dictando actualmente,
y cual faltaría?
Se
dicta Producción, Guion, Historia del
Cine, Montaje, Fotografía, Dirección de Arte, Comunicación y medios, Teatro,
Dirección de Actores. Y nos falta
Seminario de Sonido.
¿Cómo se eligió el nombre de Leonardo
Favio?
Todo
tiene que ver con todo, a mi mama le gustaba, no solo las películas que vi
desde chiquito, sino también que crecí con su música, que estuvo presente en
casa, durante toda mi infancia. En homenaje
a ella (falleció hace tres años) se me ocurrió ponerle el nombre de ese gran artista.
¿Y la Academia representa eso?
Si
totalmente. En una encuesta ambiental que tuvimos que realizar, los que
vinieron a consultar e inscribirse, es porque tienen como referencia el nombre
Leonardo Favio. Y me anote un poroto, no me equivoque ja ja ja.
¿Con respecto a tu visión del cine?
Para
mí, Leonardo Favio, trasciende a todos, es la gente común, la calle de tierra y
sin mejoras, falta de desagües pluviales en las calles, el obrero, el malandra,
el amante, la amante, las fiestas populares, lo blanco y negro, el color, lo
pilítico. Todo está en sus películas.
¿Cuál fue su evolución?
En
primer año fue en 2013 y se
inscribieron de 12 alumnos; en éste año
2016, hubo 35 inscriptos.
¿Con que infraestructura cuenta?
Lo
único que le pertenece a la biblioteca es la vieja torre (ahora reciclada a
nuevo) de entrada a los estudios Baires. Se ha hecho un cerramiento sobre el
puente de la torre, que alberga 25 personas. En la torre también hay dos
entrepisos donde se guardan los libros de biblioteca y mesas y sillas para
cuatro personas; y la Escuela Secundaria
N5, que está a una cuadra nos cede dos salones más. O sea no tenemos edificio
propio.
¿Cómo evalúas la calidad, ya que el
año pasado egreso la primera promoción?
Se
han producido un promedio de tres cortos por promoción de ejercitación y el
trabajo anual de cada grupo, o sea que
estos egresados salieron con nueve cortos de ejercitación y 3 cortos
finales anuales.
¿Cómo surge el guion final anual?
Sale
de un guion elaborado por algún alumno y
elegido por los compañeros, y todos tienen que filmarlo, asumiendo
los roles que abarca una película, como el de Director, camarógrafos,
iluminadores, utilería, etc. Etc. Además lleva como lema, el concepto, que los alumnos de cada año, deben conformar
en el trayecto, su propia productora de cine y eventos. O sea, “formarse como equipo”.
¿Solicitan de afuera de la Academia
trabajos de filmación?
La
Academia fue solicitada en 2015 en
varias oportunidades para filmar cortos publicitarios en las campañas políticas de candidatos
distritales, con gran repercusión,
también otros eventos. “Para muchos alumnos, es la visualización
de un trabajo independiente, y eso acrecienta
el entusiasmo de ellos y nosotros”.
Y así
es, como a pesar de las dificultades económicas, burocráticas y edilicias, ésta
Institución se abre paso en el espectro cultural del distrito de Tigre; demostrando que con vocación y deseos ávidos
de logros de una comunidad, se construyen ilusiones y futuro.
Frente de torre de Academia L. Favio Entrevistado: Lucas
Martinez
Roberto Rosso
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