Carpiman
CARPIMAN
En Puerto Libertad, pueblo orillero del Paraná, provincia de Misiones, los habitantes esperan el anochecer a la intemperie, paliando el calor y la humedad del día.
En un momento, del otro lado de la plaza, una tremolina entre un comerciante y turistas, rompe la languidez de la jornada.
Tres hombres, salen corriendo del almacén de Ramos Generales de Don Vázquez.
Se acercan vecinos, en el momento que Don Vázquez sale con una pequeña herida cortante en su cuello donde manaba un hilo de sangre. Ante la pregunta: ¿Qué le pasó Don Vázquez? Él mismo respondió: “entraron tres hombres que comenzaron a servirse golosinas, gaseosas, cervezas, pan y fiambre. Cuando uno de ellos se acerca al mostrador, el otro pasa y me amenaza con una navaja al cuello y me pide el dinero de la caja, intenté resistirme y forcejear, pero me presiona la navaja, y siento que unas gotas calientes de sangre se deslizan por mi cuello, me doy cuenta que lo consuetudinario del hecho, no amerita un acto heroico de mi parte”, y por lo bajo le mando la maldición del CARPIMAN.
Pasa el susto, y la presencia de los vecinos tranquilizan a Don Vázquez.
Lo acompañan a la Comisaría a realizar la denuncia, y luego lo invitan a cenar a una casa vecina. Don Vázquez, sale de la cena y va a dormir. Le cuesta conciliar el sueño, pero lo logra; duerme hasta las 6, se levanta, toma unos mates, y se apresta a abrir el almacén
Levanta las persianas y observa que en la plaza, frente a su almacén están los tres ladrones atados en forma desprolija con una gran soga de amarre al árbol principal. Sale a la vereda, y encuentra su mercadería junto al dinero que le habían sacado. Pensó y agradeció al CARPIMAN; que según cuenta la leyenda es mitad carpincho y mitad hombre, y que está atento a las injusticias que ocurren en el pueblo, para salir en defensa de los pobladores, como si alguna vez haya sido, uno de ellos.
ROBERTO ROSSO
En Puerto Libertad, pueblo orillero del Paraná, provincia de Misiones, los habitantes esperan el anochecer a la intemperie, paliando el calor y la humedad del día.
En un momento, del otro lado de la plaza, una tremolina entre un comerciante y turistas, rompe la languidez de la jornada.
Tres hombres, salen corriendo del almacén de Ramos Generales de Don Vázquez.
Se acercan vecinos, en el momento que Don Vázquez sale con una pequeña herida cortante en su cuello donde manaba un hilo de sangre. Ante la pregunta: ¿Qué le pasó Don Vázquez? Él mismo respondió: “entraron tres hombres que comenzaron a servirse golosinas, gaseosas, cervezas, pan y fiambre. Cuando uno de ellos se acerca al mostrador, el otro pasa y me amenaza con una navaja al cuello y me pide el dinero de la caja, intenté resistirme y forcejear, pero me presiona la navaja, y siento que unas gotas calientes de sangre se deslizan por mi cuello, me doy cuenta que lo consuetudinario del hecho, no amerita un acto heroico de mi parte”, y por lo bajo le mando la maldición del CARPIMAN.
Pasa el susto, y la presencia de los vecinos tranquilizan a Don Vázquez.
Lo acompañan a la Comisaría a realizar la denuncia, y luego lo invitan a cenar a una casa vecina. Don Vázquez, sale de la cena y va a dormir. Le cuesta conciliar el sueño, pero lo logra; duerme hasta las 6, se levanta, toma unos mates, y se apresta a abrir el almacén
Levanta las persianas y observa que en la plaza, frente a su almacén están los tres ladrones atados en forma desprolija con una gran soga de amarre al árbol principal. Sale a la vereda, y encuentra su mercadería junto al dinero que le habían sacado. Pensó y agradeció al CARPIMAN; que según cuenta la leyenda es mitad carpincho y mitad hombre, y que está atento a las injusticias que ocurren en el pueblo, para salir en defensa de los pobladores, como si alguna vez haya sido, uno de ellos.
ROBERTO ROSSO
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